
Después de andar de un lado a otro, me parecía que lo mejor era tomar una ducha.... pero Theo no pensaba lo mismo. Parece ser que a Theo no le gusta mucho el agua. Al final, lo "agarré" de las orejas y directo a la lavadora. Tuvimos "hermosa sesión" ese día... pero ahora, limpísimo anda por la casa.
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